50 años de investigación científica en salud sexual y salud reproductiva
Santo Domingo, D.N.– La Unidad de Investigaciones Biomédicas de Profamilia tiene más de 50 años dedicados a la investigación en salud reproductiva en la República Dominicana y lo celebró con un emotivo acto.
La licenciada Vivian Brache, gerente de Investigaciones Biomédicas, aprovechó la ocasión para destacar el papel de la institución en la investigación científica enfocada en la tecnología anticonceptiva desde 1974 y para señalar que “pocas innovaciones en la historia de la humanidad han tenido un impacto social tan grande como la pastilla anticonceptiva”.
Empezó así lo que Brache considera “una revolución» que incidiría, en la vida de millones de mujeres de todo el mundo, y por ello, necesariamente en los hombres, en las familias y en las sociedades de todas las naciones.
Señaló que, durante estos 50 años, los avances en nuevas tecnologías anticonceptivas han ido de la mano con el desarrollo social, político y económico de la mujer, que tiene ahora la posibilidad de planificar su familia, lo que le permite incursionar en otros aspectos de la vida, realizar estudios, trabajar, entre otras acciones que ahora son cotidianas en la vida de las mujeres.
“Cuando se desarrolla de manera exitosa una investigación que ayuda a que las mujeres tengan mayor adherencia a los anticonceptivos, mejora los efectos del anticonceptivo de larga duración o le ofrece la seguridad de que es totalmente reversible y podrá tener hijos e hijas en el momento apropiado, se aporta a la vida de las mujeres y de la sociedad” dijo la investigadora Brache.
¿Por qué no tenemos anticonceptivos hormonales para hombres?
A finales de los años 70s, se realizaron investigaciones enfocadas en evaluar combinaciones hormonales para inhibir la producción de espermatozoides, en la búsqueda de un anticonceptivo hormonal masculino.
Sin embargo… “no fueron exitosos” señala Vivian Brache. “Biológicamente, inhibir la producción de millones de espermatozoides diarios, sin causar efectos secundarios importantes, ha sido una tarea difícil”.
Indica también que en el hombre se toma de dos a tres meses de uso de la hormona para lograr suprimir la producción de espermatozoides, y que la reversibilidad también puede ser larga y no siempre del 100%.
Investigaciones biomédicas: ética y confianza
Desde la primera investigación en el 1975, realizada con un microscopio prestado -y que fue sobre migración espermática en diferentes etapas del ciclo menstrual- se observan rigurosas condiciones éticas, además, todas son avaladas por el Comité de Ética Institucional, formado por profesionales de diferentes áreas de la salud, investigadores y personas que representan a la comunidad, así como por el Comité de Bioética Nacional de Salud (CONABIOS), el cual vela por la integridad y los derechos de las participantes.
Este trato ético, respetuoso y humano, es lo que hoy, la Unidad de Investigaciones Biomédicas “tenga nietas”. Estas son las nietas de las primeras mujeres que de manera voluntaria participaron en las primeras investigaciones, que luego invitaron a sus hijas y ahora a sus nietas, para ser la tercera generación que pone su confianza en las investigaciones científicas que realiza Profamilia.
