A propósito de que abril ha sido declarado como “Mes de la Prevención del Abuso Infantil”, la psicóloga clínica y terapeuta de Profamilia Marina Orbe, enfoca la incidencia que tienen los padres y madres en la salud mental de sus hijos e hijas.
Cuando en una pareja acaba el amor o existen conflictos, el comportamiento de uno o de ambos padres, puede afectar emocionalmente a los hijos e hijas hasta destruir su salud mental.
El sentirse lastimado y ver frustrado el impulso de amor se puede convertir en una fuerza mucho más grande y destructiva: en furia que quiere hacer daño a su expareja, pero como no está cerca, esto se proyecta en los hijos e hijas como una forma de venganza.
En medio del dolor y resentimiento se pierde de vista que hablar mal a un hijo de su padre o de su madre es un modo de abuso y de maltrato que pone en riesgo la salud emocional de éstos. Cuidarlos debería ser la prioridad en las inevitables disputas entre progenitores inmersos en un proceso de separación o divorcio.
La ruptura del vínculo familiar es por sí solo un fenómeno determinante en el desarrollo psicoevolutivo de los hijos e hijas y la habitual manipulación por parte de uno o ambos padres para ponerlo en contra del otro, tiene consecuencias catastróficas en su autoestima y en sus capacidades de tratar con los demás y mantener relaciones de apego seguras en el futuro.
Cuando los padres interfieren de una manera negativa, los hijos e hijas víctimas de alienación parental, que ocurre cuando un progenitor incide para destruir la relación de los hijos con el otro progenitor, estos pueden crecer como adultos vulnerables, se pueden convertir en personas que acumulen divorcios, problemas de agresividad, frustración, conflicto con la autoridad, desarraigo parental, como también cierta propensión a tener problemas de adicciones.
Los/as hijos/as no tienen nada que ver con lo que sucedió, no son responsables, ni se debe cargar a ellos la responsabilidad de la reconciliación, los padres son los pilares fundamentales en el desarrollo emocional de sus hijos e hijas, que necesitan a sus dos figuras de referencia para un desarrollo normal, porque si no, llega a crear una falsa memoria e incorporar recuerdos que no existen.
¿Cómo puedo saber si estoy usando a mi hijo/hija contra su padre/madre?
- Impidiendo una relación normal entre los hijos y el padre ausente.
- Poniendo trabas, excusas para que el hijo/a pueda acudir a su cita cuando «le toca» estar con el padre que no vive con él.
- Investigando la vida y la posible relación de su ex con su hijo/a.
- Usando a sus hijos/as como lleva y trae de ambos hogares.
- Obligando a sus los/as hijos/as a que le den informaciones que no son del interés del hijo/a.
- Pidiendo a los/as hijos/as que desobedezcan cuando están de visita en la otra casa.
- Diciéndole que el padre que se fue no lo quiere, aunque no sea cierto.
Si de verdad crees que tu ex no merece el cariño, respeto y amor de su hijo/a, es cuestión de tiempo para que la conducta, actitud y forma de proceder de esa persona le demuestre a tu hijo/a lo que tu quisiera que veas, nunca lo hagas tú, tu hijo/a solito descubrirá quien es quien sin la necesidad de que tú lo dañes, con suerte, cuando lo descubra ya no hará tanto daño como al inicio de la separación.
Ten paz y cuida la salud emocional de tu hijo o hija en cuanto dependa de ti, pero si no puedes o no sabes cómo hacerlo, busca ayuda, en los servicios de psicología de Profamilia estamos para ayudarte.