Por: Moisés Medina
(El autor es psicólogo clínico con especialidad en terapia familiar y psicología infantojuvenil)
“Estamos en divorcio, pero no queremos afectar a los niños, no es necesario que se involucren, para que no sufran”. Esta podría ser la reacción de unos padres preocupados por el bienestar de sus hijos e hijas en un proceso de divorcio, que siempre resulta doloroso para la pareja, sin embargo, podría ser un error pensar que son ajenos al conflicto emocional que implica una separación.
Para explicarlo, tomemos lo que podría ser un caso típico, cuando una mañana Joselito ve a su papá acostado en el garaje y curioso y confundido, le pregunta a su mamá por qué está durmiendo ahí. Ella le contesta que él necesita dormir en el piso de cemento «porque tiene un dolor en la espalda». En otra situación, Sarah oye que su mamá y su papá están discutiendo, despierta de un sueño profundo, va a su habitación y les pregunta qué sucede. Ellos le dicen: «Nada, vuelve a dormir, debes estar soñando.
Los niños que reciben estas respuestas dejan de confiar en sus sentidos y emociones. Aunque es comprensible que la pareja esté inmersa en su situación, es de suma importancia priorizar el bienestar psicológico de los hijos e hijas en todas las etapas del proceso, porque, aunque no lo quieran, se verán involucrados como parte que son de la familia.
En el año 2021, en el país se registraron 28,694 divorcios, lo que representó el 63.3% de los 45,292 matrimonios que se realizaron, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) y aproximadamente la mitad de las separaciones y divorcios ocurren en familias con niños y niñas menores de edad, lo que nos lleva a cuestionarnos sobre la situación emocional de cientos de niños, niñas y adolescentes que viven esta experiencia desde un aspecto que implica sentimientos de abandono, desesperanza y culpa, ya que el hecho de una separación de sus padres les implica a ellos dentro del sistema relacional padres-hijos.
En mi experiencia como terapeuta he visto que el dolor une a la familia, mientras que la mentira excluye y separa. Aunque el divorcio es un proceso muy doloroso para la mayoría de las personas, incluyendo a los niños, evitarle a los hijos recibir una explicación de lo que está pasando puede ser un daño peor.
Aunque sean pequeños, es importante involucrarlos con palabras que sean comprensibles para su edad y su desarrollo y, sobre todo, que comprendan que no tienen culpa ni responsabilidad en la separación y que seguirán contando con el amor y apoyo de papá y de mamá, aunque no estén juntos.
Los niños y niñas necesitan que se les escuche, que sus percepciones sean validadas y respetadas sus emociones, que se les hable la verdad sin implicarlos en las discusiones o darle razones, sino explicarles que hay ciertos conflictos, pero que ellos no son culpables o responsables de lo que está pasando.
Es posible que durante un tiempo sus hijos se nieguen a aceptar la separación por lo que necesitarán más tiempo con sus padres, especialmente con el que se va de la casa. A veces, para manejar estas situaciones de manera sana es necesario tener ayuda, que puede venir del núcleo familiar más amplio o de profesionales, por lo que es importante identificar en qué momento esta ayuda o apoyo es necesario.
Si estas atravesando un proceso de divorcio y no sabes como tratarlo con tus hijos, en las clínicas Profamilia estamos para ayudarte. Para solicitar información puede comunicarse al 809-689-0141 extensión 0, también al WhatsApp del mismo número.
Puede consultar los horarios del licenciado Medina en el siguiente enlace: