Cuando llega la Unidad de Móvil de Salud (UMS) de Profamilia a la comunidad de Mojarra en San Isidro de Guerra, Santo Domingo Este, se destaca una mujer que quiere ser una de las primeras en ser atendida. “Yo trabajo como conserje y tengo que pedir un permiso para venir aquí, porque es la oportunidad para hacerme muchísimas pruebas, como el papanicolaou, chequeo de los senos, hasta una prueba de VIH si lo necesito, además de otros servicios”.
El ruido de un generador eléctrico, las sillas colocadas en una enramada y el vehículo-clínica móvil alertan al vecindario, que están pendientes porque ya fueron notificadas por la promotora de salud, de que ha llegado la unidad de salud a la comunidad.
“Yo vine hacerme mi papanicolaou, porque se previene un cáncer vaginal” señala otra usuaria, que describe su día a día desde el amanecer entre trabajar, atender a sus cuatro hijos y los quehaceres de la casa, lo que le deja poco tiempo de ir a un centro de salud que se encuentran alejados del entorno. “Aquí se me facilita más cuidar mi salud como mujer”, señala.
“También creo que toda la gente debería aprovechar y hacerse la prueba de VIH, que es gratuita, porque cara vemos y corazones no sabemos”, indica al hacer referencia a que nadie sabe la situación serológica de los demás, incluso de su propia pareja en caso de tenerla.
Mojarra es una de las 64 comunidades que cada año recibe entre 5 a 6 visitas de la UMS de Profamilia, donde además de brindar servicios de salud sexual y salud reproductiva a personas en situación de pobreza crítica, también trabajan en la prevención de la violencia de género.
Los servicios de la Unidad Móvil de Salud son posibles gracias a las donaciones que recibe la institución y el apoyo especial del Gobierno dominicano. En el periodo enero-octubre 2024, se han atendido más de 5 mil, 320 personas de manera gratuita, tanto a través de la UMS como en las clínicas institucionales.